Equipamiento para bikepacking MTB

Este fue mi primer equipo para hacer bikepacking en BTT. Tanto el equipo en sí como la organización del mismo han ido evolucionando. Lo primero que hice fue cambiar la tienda; ahora las varillas de la tienda están en la bolsa y la propia tienda en una pequeña bolsa estanca bajo el manillar para añadir algo de amortiguación a la bolsa de manillar. La bolsa estanca que en la foto se ve debajo del manillar llevaba la colchoneta y el saco de dormir. Caben en una bolsa estanca de cinco litros y ahora están en un espacio que queda entra la bolsa del sillín y la tija del sillín.

Este fue mi primer equipo para hacer bikepacking en BTT. Tanto el equipo en sí como la organización del mismo han ido evolucionando. Lo primero que hice fue cambiar la tienda; ahora las varillas de la tienda están en la bolsa y la propia tienda en una pequeña bolsa estanca bajo el manillar para añadir algo de amortiguación a la bolsa de manillar. La bolsa estanca que en la foto se ve debajo del manillar llevaba la colchoneta y el saco de dormir. Caben en una bolsa estanca de cinco litros y ahora están en un espacio que queda entra la bolsa del sillín y la tija del sillín.

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Los Beskides Pequeños – Los Cárpatos polacos en bicicleta

Hace una semanas cogí un tren desde Varsovia a Bielsko-Biała, en el sur de Polonia, con la idea de hacer unos cuantos kilómetros en una de las sierras occidentales pertenecientes a los Cárpatos polacos: los Beskides Pequeños – Beskid Mały en polaco.

En los Beskides Pequeños no hay ninguna ruta de bici de largo recorrido señalizada, pero sí que existe una ruta de senderismo señalizada. Cuenta con 137 km que atraviesan Beskid Mały, Makowski y Wyspowy y se llama Mały Szlak Beskidzki – traducido libremente como “El sendero pequeño de Beskides”. Había leído anteriormente un artículo en la resvista polaca Rowertour, donde un polaco había hecho el recorrido con su bici de suspensión total en dos días. Aunque yo no las tenía todas conmigo después de mi experiencia previa con los senderos en Bieszczady quería darle una oportunidad.

El sendero Mały Szlak Beskidzki está bien mantenido en comparación con otros senderos en Polonia. Esto significa que hay bastantes señales como para seguirlo sin necesidad de un mapa, pero por si acaso yo iba con mi GPS. Por supuesto, encontré los típicos árboles bloqueando el sendero y una sección que por la recientes lluvias se había convertido en una pared imposible de subir incluso arrastrando la bicicleta. Como es habitual en Polonia, las montañas no son muy altas, pero el que diseñó los senderos fue capaz de encontrar el trazado de máxima inclinación para llegar hasta la cumbre. Lo que implica que hacer estos senderos significa pendientes de mucha inclinación hasta la parte alta del monte en cuestión y desde allí varios kilómetros llaneando hasta un fuerte descenso para al final volver a empezar a subir. Aunque lo único que podía hacer al comienzo de cada subida era empujar la bici, tengo que decir que cada kilómetro arrastrando la bici merecía la pena por el paisaje.

Hice un poco menos de la mitad del Mały Szlak Beskidzki en un solo día, pero estoy pensando en volver para completarlo desde Bielsko-Biała en 3 días durante las primeras semanas de septiembre. Si a alguien le apetece, ¡sólo tiene que enviarme un mensaje!

Vista al sur de los Beskides Pequeños. El pico más alto en esta foto tiene 855 metros.

Vista al sur de los Beskides Pequeños. El pico más alto en esta foto tiene 855 metros.

Los primeros kilómetros del sendero fueron de empujar todo el tiempo. Casi en lo más alto del monte y cuando el sendero se estaba inclinando más todavía, decidí coger un camino forestal que no estaba ni en los mapas cartográficos ni en mi GPS. Pese al riesgo de verme forzado a tener que pedalear de vuelta al sendero tuve suerte y acerté. Desde ese punto pude pedalear casi 100% del tiempo.

Los primeros kilómetros del sendero fueron de empujar todo el tiempo. Casi en lo más alto del monte y cuando el sendero se estaba inclinando más todavía, decidí coger un camino forestal que no estaba ni en los mapas cartográficos ni en mi GPS. Pese al riesgo de verme forzado a tener que pedalear de vuelta al sendero tuve suerte y acerté. Desde ese punto pude pedalear casi 100% del tiempo.

Lo mejor de llevar una cámara de fotos es que siempre tienes la excusa perfecta para pararte a contemplar el paisaje durante esos kilómetros de empujar la bici. ¿Verdad que los Beskides son increíbles?

Lo mejor de llevar una cámara de fotos es que siempre tienes la excusa perfecta para pararte a contemplar el paisaje durante esos kilómetros de empujar la bici. ¿Verdad que los Beskides son increíbles?

Había mucha piedra suelta en el camino hasta el embalse de Międzybrodzkie, cuesta arriba, llaneando o cuesta abajo todo era igual. Empecé a pensar en pasarme a una doble suspensión.

Había mucha piedra suelta en el camino hasta el embalse de Międzybrodzkie, cuesta arriba, llaneando o cuesta abajo todo era igual. Empecé a pensar en pasarme a una doble suspensión.

Pedaleando la zona más alta del monte sentí pena por los que todavía tenían que pedalear hasta arriba, olvidando que yo mismo lo acababa de hacer. Por cierto, no me crucé a nadie en bici, sólo dos familias andando en los 100 km que hice.

Pedaleando la zona más alta del monte sentí pena por los que todavía tenían que pedalear hasta arriba, olvidando que yo mismo lo acababa de hacer.
Por cierto, no me crucé a nadie en bici, sólo dos familias andando en los 100 km que hice.

Cerca del embalse de Międzybrozdkie me encontré este modelo polaco de Fiat conocido como "Maluch", que quiere decir "pequeñajo". Este coche, muy popular en Polonia en los años 70 y 80, era fabricado en dos plantas en Polonia. Una de ellas en Bielsko Biała, desde donde empecé esta ruta. Este modelo de Fiat se exportaba a otros países del Bloque Oriental e incluso a Cuba, donde lo conocen como "El Polaquito".

Cerca del embalse de Międzybrozdkie me encontré este modelo polaco de Fiat conocido como "Maluch", que quiere decir "pequeñajo". Este coche, muy popular en Polonia en los años 70 y 80, era fabricado en dos plantas en Polonia. Una de ellas en Bielsko Biała, desde donde empecé esta ruta. Este modelo de Fiat se exportaba a otros países del Bloque Oriental e incluso a Cuba, donde lo conocen como "El Polaquito".

Zona plana del recorrido en la parte alta del monte. Mucha piedra suelta, pero una zona bastante más rápida que las ascensiones.

Zona plana del recorrido en la parte alta del monte. Mucha piedra suelta, pero una zona bastante más rápida que las ascensiones.

Embalse de Międzybrodzie. Ya al otro lado del valle, al empezar a subir al deposito de agua de Żart, me encontré un muro que no podía subir ni tirando de la bici. Lo intenté un par de veces hasta que desistí animado por unas zarzas. Decidí buscar un camino alternativo deshaciendo unos cuantos kilómetros, desde el otro lado de la montaña. Lo traté siguiendo el sendero azul sin tener éxito, aunque finalmente logré llegar a Ogórkowo.

Embalse de Międzybrodzie. Ya al otro lado del valle, al empezar a subir al deposito de agua de Żart, me encontré un muro que no podía subir ni tirando de la bici. Lo intenté un par de veces hasta que desistí animado por unas zarzas. Decidí buscar un camino alternativo deshaciendo unos cuantos kilómetros, desde el otro lado de la montaña. Lo traté siguiendo el sendero azul sin tener éxito, aunque finalmente logré llegar a Ogórkowo.

Hayedo en el camino de vuelta a Zembrzyce. Ya fuera del <i><p class=Mały Szlak Beskidzki pero con una bonita luz de atardecer, no pude evitar hacer esta foto para compensar por las que no había hecho en los últimos kilómetros al ir con la sensación de que se me estaba haciendo tarde.” width=”625″ height=”468″ class=”size-large wp-image-109″ />Hayedo en el camino de vuelta a Zembrzyce. Ya fuera del Mały Szlak Beskidzki pero con una bonita luz de atardecer, no pude evitar hacer esta foto para compensar por las que no había hecho en los últimos kilómetros al ir con la sensación de que se me estaba haciendo tarde.

Los montes Bieszczady - Los Cárpatos polacos en bicicleta

Los montes Bieszczady – Los Cárpatos polacos en bicicleta de montaña

En la segunda semana de agosto de 2013 comencé un viaje que tenía pensado desde hacía unos años: recorrer los Cárpatos polacos por caminos y senderos.

Tuve que retrasar el viaje por mal tiempo unos cuantos días. No solo porque viniendo del sur de España no me guste pedalear bajo la lluvia, es que resulta imposible hacerlo en Polonia cuando la tierra está mojada porque es muy arcillosa. Aun así los primeros días fueron pasados por agua y había demasiado barro para completar el viaje como lo había planeado. Por eso acabé rodando por más caminos y menos senderos. Después de cinco días había completado casi 400 km en los Bieszczady y decidí volver a casa para replantearme el viaje.

Unas horas después de escribir este post haré una nueva incursión, por la zona de los Beskidy Mały, que están justo en la parte contraria que Bieszczady dentro de los Cárpatos polacos. Espero poder subir al blog más fotos sobre Bieszcady y lo que haga en Beskidy próximamente.

Sendero azul cerca de Przemysł. Había planeado cogerlo en dirección sur para llegar a Bieszczady.

Sendero azul cerca de Przemysł. Había planeado cogerlo en dirección sur para llegar a Bieszczady.

Tuve que descartar la idea de usar los senderos pero encontré algunos caminos alternativos que son usados por la industria maderera en la zona y en los que casi no encontré tráfico..

Tuve que descartar la idea de usar los senderos pero encontré algunos caminos alternativos que son usados por la industria maderera en la zona y en los que casi no encontré tráfico.

Un poco de barro y poco espacio libre se juntaron para organizar una buena fiesta.

Un poco de barro y poco espacio libre se juntaron para organizar una buena fiesta.

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Varsovia (casi) – Berlín – Szczecin

Me encanta montar en bici. Pero me gusta hacerlo con un objetivo; es decir, no me gusta nada la idea de ponerme a dar pedales como un hamster sólo porque hay que entrenar. Tal vez sea por eso que me resulta tan fácil convertir cualquier circunstancia en la excusa perfecta para montarme en la bici y pedalear.

En esta ocasión la excusa perfecta era que mi amigo Juan estaba viviendo en Berlín. El plan era sencillo: Varsovia – Berlín y de vuelta a casa. La casualidad hizo que me encontrara con la sorpresa de una excusa inesperada para desviarme y variar un poco la ruta. Mi pareja iba a estar trabajando en Szczecin, una ciudad en el noroeste de Polonia en la frontera con Alemania, el lunes siguiente a mi viaje a Berlín. Así, decidí que Szczecin sería mi destino final.

Antes de salir, mi plan inicial sufrió un cambio más. Debido al trabajo tendría que salir un día más tarde y hacer mi viaje más corto. Por esto, decidí no salir desde Varsovia, sino coger el tren para salvar la distancia correspondiente a la primera etapa. Hay que decir que viajar con la bici usando los trenes polacos es muy fácil. Según el tren y el momento del año, es más o menos cómodo, pero siempre es posible llegar a destino y por precios bastante económicos… Y volviendo a mi plan; no me molestó en absoluto saltarme la primera jornada desde Varsovia.; los alrededores de Varsovia son planos y no demasiado interesantes.

Tras unas horas de tren llegué a Swiebodzin – ciudad famosa por la réplica del Cristo Redentor  de  Río De Janeiro,  y que yo me perdí al salir inmediatamente al bajar del tren pedaleando  dirección norte.  Una bonita tarde con algunas  nubes y kilómetros rectos de carreteras secundarias con algunas cuestas suaves

Tras unas horas de tren llegué a Swiebodzin – ciudad famosa por la réplica del Cristo Redentor de Río De Janeiro, y que yo me perdí al salir inmediatamente al bajar del tren pedaleando dirección norte. Una bonita tarde con algunas nubes y kilómetros rectos de carreteras secundarias con algunas cuestas suaves.

La arquitectura alemana está presente en esta región que pasó a ser parte de Polonia después de la 2ª Guerra Mundial.

La arquitectura alemana está presente en esta región que pasó a ser parte de Polonia después de la 2ª Guerra Mundial.

Desde Kostrzyn nad Odrą, cruzando el río Odra, frontera entre Polonia y Alemania. Unos cientos de metros hacia el norte, el río Warta desemboca en el Odra. Antes de llegar a Kostrzyn, me incorporé a la ruta europea ciclista R1, que se incorpora a  la carretera nacional 22 cuando esta corre paralela al Parque Nacional de la Desembocadura del Warta

Desde Kostrzyn nad Odrą, cruzando el río Odra, frontera entre Polonia y Alemania. Unos cientos de metros hacia el norte, el río Warta desemboca en el Odra.

Antes de llegar a Kostrzyn, me incorporé a la eurorruta ciclista R1, que se incorpora a la carretera nacional 22 cuando esta corre paralela alParque Nacional de la Desembocadura del Warta.

Edificios abandonados en la frontera de Alemania con Polonia (Parte alemana). Algunos de estos edificios fueron usados hasta los 90 por el ejercito soviético, que no retiró de la antigua RFA hasta 1994. Después de la reunificación alemana esta frontera pasó a tener más importancia de la que había tenido desde la 2ª Guerra Mundial puesto que Polonia y Alemania pasaban a ocupar posiciones geopolíticas distantes. Esta situación se mantuvo hasta la entrada de Polonia en la UE y posteriormente a la zona Schengen, cuando todas las fronteras entre ambos países quedaron eliminadas.

Edificios abandonados en la frontera de Alemania con Polonia (Parte alemana). Algunos de estos edificios fueron usados hasta los 90 por el ejercito soviético, que no retiró de la antigua RFA hasta 1994. Después de la reunificación alemana esta frontera pasó a tener más importancia de la que había tenido desde la 2ª Guerra Mundial puesto que Polonia y Alemania pasaban a ocupar posiciones geopolíticas distantes. Esta situación se mantuvo hasta la entrada de Polonia en la UE y posteriormente a la zona Schengen, cuando todas las fronteras entre ambos países quedaron eliminadas.

Mañana completamente nublada para rodar a lo largo del Odra. Durante unos cuantos kilómetros pedaleo dirección norte por este carril bici segregado en la orilla alemana del río. Hay un gran contraste en cómo se usa cada una de las dos orillas del Odra. En la  polaca, los pescadores aparcan el coche tan cerca como pueden de la orilla, en la alemana solo se permite la circulación de vehículos de propulsión humana en el carril bici que va por encima del dique.

Mañana completamente nublada para rodar a lo largo del Odra. Durante unos cuantos kilómetros pedaleo dirección norte por la ruta del Odra, que es un carril bici segregado en la orilla alemana del río y que va por encima del dique que se construyó para contener las inundaciones que regularmente sucedían en la región.

Hay un gran contraste en cómo se usa cada una de las dos orillas del Odra. En la polaca, los pescadores aparcan el coche tan cerca como pueden de la orilla, en la alemana solo se permite la circulación de vehículos de propulsión humana en el carril bici.

Según avanzo hacia el norte, a mi derecha, el humedal y sus habitantes resultan lo suficientemente interesantes para olvidarme que el carril bici en sí es bastante aburrido. Sorprende que al mirar a la izquierda sea difícil encontrar el final del plano donde la agricultura extensiva es la reina. Pero lo realmente sorprendente es que el humedal del Odra en realidad es un paisaje artificial creado en el siglo dieciocho después de drenar fallidamente la zona. En la actualidad, según la estación, la zona entre el dique y el río, está inundada o se usa como pasto para el ganado.

Según avanzo hacia el norte, a mi derecha, el humedal y sus habitantes resultan lo suficientemente interesantes para olvidarme que el carril bici en sí es bastante aburrido. Sorprende que al mirar a la izquierda sea difícil encontrar el final del plano donde la agricultura extensiva es la reina. Pero lo realmente sorprendente es que el humedal del Odra en realidad es un paisaje artificial creado en el siglo dieciocho después de drenar fallidamente la zona. En la actualidad, según la estación, la zona entre el dique y el río, está inundada o se usa como pasto para el ganado.

Esta era la primera ocasión en la que hacía un viaje de varios días en mi bici de carretera, una Zeus de más de 17 años. Traté de ir lo más ligero posible, llevando mi tienda para una persona y mi SLR. La cámara añadía un poco más de lastre de la cuenta, aunque con el 50mm el apartado foto se quedaba un poco más controlado que si hubiera llevado un zoom. Me quedé my contento con el comportamiento general de la bici, teniendo en cuenta que no fue construida para ir cargada. El tubo horizontal tiene 56cm y me viene perfecto, solo echo de menos que el tubo de dirección sea dos centímetros más alto. Como digo, sin ser una bici para viajar, yendo ligero puedo hacerle 150 km al día varios días seguidos sin notarlo. En este viaje hice el 90% de sobre asfalto y usando las cubiertas de 25c tuve la sensación de ir cómodo todo el tiempo. De todos modos, si hubiera necesitado una cubierta más ancha no hubiera podido montarla :)

Esta era la primera ocasión en la que hacía un viaje de varios días en mi bici de carretera, una Zeus de más de 17 años. Traté de ir lo más ligero posible, llevando mi tienda para una persona y mi SLR. La cámara añadía un poco más de lastre de la cuenta, aunque con el 50mm el apartado foto se quedaba un poco más controlado que si hubiera llevado un zoom. Me quedé muy contento con el comportamiento general de la bici, teniendo en cuenta que no fue construida para ir cargada. El tubo horizontal tiene 56cm y me viene perfecto, solo echo de menos que el tubo de dirección sea dos centímetros más alto. Como digo, sin ser una bici para viajar, yendo ligero puedo hacerle 150 km al día varios días seguidos sin notarlo. En este viaje hice el 90% de sobre asfalto y usando las cubiertas de 25c tuve la sensación de ir cómodo todo el tiempo. De todos modos, si hubiera necesitado una cubierta más ancha no hubiera podido montarla :)

Llovió. El primer día, una hora. Por suerte, la lluvia me pilló en lo alto de un repecho, 2 kilómetros después de un pueblo donde había visto una parada de autobús cubierta. El segundo día estuvo lloviendo un par de horas. Como el día anterior, tuve muchas suerte. Después de unos minutos de rodar bajo la lluvia, encontré una parada cubierta. Lo que no resultó tan agradable fue la vista desde la parada. En la casa de enfrente alguien había muerto y estaban sacando el ataúd mientras yo me cambiaba mi ropa mojada. Después de una cuantas horas de lluvia no me quedó otra que seguir pedaleando bajo lluvia.

Llovió. El primer día, una hora. Por suerte, la lluvia me pilló en lo alto de un repecho, 2 kilómetros después de un pueblo donde había visto una parada de autobús cubierta. El segundo día estuvo lloviendo un par de horas. Como el día anterior, tuve muchas suerte. Después de unos minutos de rodar bajo la lluvia, encontré una parada cubierta. Lo que no resultó tan agradable fue la vista desde la parada. En la casa de enfrente alguien había muerto y estaban sacando el ataúd mientras yo me cambiaba mi ropa mojada. Después de una cuantas horas de lluvia no me quedó otra que seguir pedaleando bajo lluvia.

¿Alguien se podría imaginar que esto es un carril bici en medio del bosque? Imagino que lo usan los vecinos para moverse entre los pueblos de la zona. Según mi experiencia, Alemania es el paraíso para los ciclistas a los que les gusta el asfalto: carriles bici segregados y de buena calidad.

¿Alguien se podría imaginar que esto es un carril bici en medio del bosque? Imagino que lo usan los vecinos para moverse entre los pueblos de la zona. Según mi experiencia, Alemania es el paraíso para los ciclistas a los que les gusta el asfalto: carriles bici segregados y de buena calidad.

Hay tres cosas que no puedo dejar de fotografiar cuando tengo la cámara en mis manos: un paisaje con niebla, una bici en el bosque y un lago, sobre todo si tiene pontón.

Hay tres cosas que no puedo dejar de fotografiar cuando tengo la cámara en mis manos: un paisaje con niebla, una bici en el bosque y un lago, sobre todo si tiene pontón.

Como ya conocía Berlín, decidí tomar un tren para salir de la ciudad, además, tampoco me apetecía tragarme el humo de los coches como hice para entrar al centro de la ciudad. Al bajarme del tren me esperaban carreteras ondulantes que cortaban un paisaje de suaves colinas donde se iban alternando el verde del bosque con el amarillo de los cereales todavía por cortar. Por cierto, Deutsche Bahn, que es como se llama la compañía de ferrocarriles alemana, es muy eficiente. Existen muchas posibilidades para viajar con la bici en los trenes alemanes, aunque no siempre hay muchas plazas disponibles. Lo mejor es comprobarlo y comprar los billetes por adelantado. De lo único que tengo queja es de que no se puedan comprar los billetes para la bici por internet.

Como ya conocía Berlín, decidí tomar un tren para salir de la ciudad, además, tampoco me apetecía tragarme el humo de los coches como hice para entrar al centro de la ciudad. Al bajarme del tren me esperaban carreteras ondulantes que cortaban un paisaje de suaves colinas donde se iban alternando el verde del bosque con el amarillo de los cereales todavía por cortar.

Por cierto, Deutsche Bahn, que es como se llama la compañía de ferrocarriles alemana, es muy eficiente. Existen muchas posibilidades para viajar con la bici en los trenes alemanes, aunque no siempre hay muchas plazas disponibles. Lo mejor es comprobarlo y comprar los billetes por adelantado. De lo único que tengo queja es de que no se puedan comprar los billetes para la bici por internet.

En esta ocasión voy rodando hacia el norte por la ruta Berlín-Usedom. Existen mapas de la toda la ruta, pero la señalización es irregular, cuenta con menos carril bici segregado que otras rutas y no toda transcurre sobre asfalto. Nada de esto supone un problema para hacer la ruta: un paisaje cambiante, ligeramente ondulado y cruza un buen número de pueblos rurales y ciudades con una historia que se deja ver en sus paredes. El tráfico a motor es practicamente inexistente.

En esta ocasión voy rodando hacia el norte por la ruta Berlin-Usedom. Existen mapas de la toda la ruta, pero la señalización es irregular, cuenta con menos carril bici segregado que otras rutas y no toda transcurre sobre asfalto. Nada de esto supone un problema para hacer la ruta: un paisaje cambiante, ligeramente ondulado y cruza un buen número de pueblos rurales y ciudades con una historia que se deja ver en sus paredes. El tráfico a motor es practicamente inexistente.

La ruta desde Berlín a Usedom, en la costa alemana discurre por algunos viejos caminos cuya historia es fácil sentir en carnes propias al rodar sus kilómetros adoquinados con mis cubiertas 25c. Mientras pedaleo por uno de estos sectores adoquinados me acuerdo de las carreteras romanas del sur de Europa. La idea de ir viajando por caminos con

La ruta desde Berlín a Usedom, en la costa alemana discurre por algunos viejos caminos cuya historia es fácil sentir en carnes propias al rodar sus kilómetros adoquinados con mis cubiertas 25c. Mientras pedaleo por uno de estos sectores adoquinados me acuerdo de las carreteras romanas del sur de Europa. La idea de ir viajando por caminos con “unos cientos de años” de antigüedad añade más interés todavía al viaje.

Al entrar en uno de los trechos adoquinados que atraviesa un bosque, adelanto a dos chicas que van con sus bicis de montaña y sus alforjas. Un poco después me paro a hacer una foto con la que reflejar la magia de un estanque verde entre los árboles del bosque y que veo desde arriba porque el camino va subiendo conforme se adentra en una nueva zona boscosa.

Al entrar en uno de los trechos adoquinados que atraviesa un bosque, adelanto a dos chicas que van con sus bicis de montaña y sus alforjas. Un poco después me paro a hacer una foto con la que reflejar la magia de un estanque verde entre los árboles del bosque y que veo desde arriba porque el camino va subiendo conforme se adentra en una nueva zona boscosa.

Conforme rodeo por su orilla oriental el impresionante lago Unteruckersee, que ni tan siquiera es el más grande de la región, aparece el paisaje de la ciudad de Prenzalu. Mientras busco mi camino sorteando las obras que parecen ocupar toda la ciudad, tengo tiempo para observar el contraste entre los edificios antiguos y los bloques socialistas que recuerdan que hace poco más de 20 años esta región pertenecía a Europa del Este. Desde Prenzalu nada de especial interés aparte de mi lucha personal contra el viento al dirigirme dirección este en mi camino hacia Polonia. En unos kilómetros abandono el carril bici y tengo que compartir la carretera con el resto del tráfico. Algo me dice que me acerco a Polonia: los coches empiezan a pasar demasiado cerca y demasiado rápido. El paso fronterizo fantasma se encuentra en una colina por la que me adentro en el mundo del millón de carteles y anuncios que tratan de vender todo tipo de cosas con todos los colores posibles. Ya siento que he regresado a casa.

Conforme rodeo por su orilla oriental el impresionante lago Unteruckersee, que ni tan siquiera es el más grande de la región, aparece el paisaje de la ciudad de Prenzalu. Mientras busco mi camino sorteando las obras que parecen ocupar toda la ciudad, tengo tiempo para observar el contraste entre los edificios antiguos y los bloques socialistas que recuerdan que hace poco más de 20 años esta región pertenecía a Europa del Este.

Desde Prenzalu nada de especial interés aparte de mi lucha personal contra el viento al dirigirme dirección este en mi camino hacia Polonia. En unos kilómetros abandono el carril bici y tengo que compartir la carretera con el resto del tráfico. Algo me dice que me acerco a Polonia: los coches empiezan a pasar demasiado cerca y demasiado rápido. El paso fronterizo fantasma se encuentra en una colina por la que me adentro en el mundo del millón de carteles y anuncios que tratan de vender todo tipo de cosas con todos los colores posibles. Ya siento que he regresado a casa.